HISTORIA DE ESPAÑA – LA EDAD ANTIGUA (IV)

Conquista y Romanización de Hispania

La romanización de Hispania fue el proceso por el cual la cultura romana se implantó en la península ibérica durante el periodo que duró el dominio de Roma sobre esta.

Etapas de la conquista

La conquista de Hispania por parte de los romanos se inició en el siglo III a.C. y terminó en el siglo I a.C..

Las conquista romana se divide en tres etapas:

  • 1ª Etapa , años 218-197 a.C.: La conquista del este y sur peninsular. Dió comienzo durante la II guerra Púnica.  Los romanos y cartagineses se enfrentaron por la hegemonía en el mediterráneo occidental. Tras la victoria, Roma consagró su dominio.
  • 2ª Etapa, años 155-133 a.C.: La conquista del oeste y centro peninsular. Los romanos se encontraron con una férrea resistencia por parte de los pueblos de esta zona. Como sus enfrentamientos en las guerras lusitanas y la toma de Numancia.

Al mismo tiempo, la república de Roma vivió varias guerras civiles que llegaron hasta Hispania. Estas luchas internas originaron enfrentamientos bélicos en la península.

  • 3ª Etapa, años 28-19 a.C.: Con la dominación de los astures, cántabros, galaicos y vascones, llegó el fin de la conquista.

Proceso de romanización

Tras su conquista Hispania pasó a formar parte del poderoso Imperio Romano. En un principio Hispania estaba dividida en dos provincias, la Citerior y la Ulterior. Más tarde fue dividida en seis provincias, la Tarraconense, la Gallaecia, la Cartaginense, la Lusitania, la Bética y la Balearica.

El proceso de romanización no fue homogéneo en el tiempo, ni tuvo la misma incidencia en todas las áreas. Fue muy acentuado en todo el litoral mediterráneo y más leve en el interior, en el norte y en el noroeste.

En el proceso de romanización se distinguen tres aspectos:

  • Se impone el latín como lengua común.
  • Los pueblos bajo el dominio romano comenzaron a asimilar el latín como lengua, llegando a perderse las lenguas propias.  La única lengua que logró sobrevivir fue el euskera, que se hablaba en las laderas occidentales de los Pirineos, actuales País Vasco y Navarra, donde la influencia romana fue menor al no ser este lugar un territorio importante para el economía del imperio.
  • Se establece el derecho romano. La organización social en la que una pequeña élite gobernaba las ciudades. Se introdujo la esclavitud, se desarrolló el comercio y la artesanía y se extendió el uso de la moneda. Las ciudades adquirieron las instituciones romanas, la curia, las magistraturas y las asambleas.  
  • Y se difunde su religión politeísta, que posteriormente en el siglo I d.C. pasó a ser el cristianismo. En un principio la religión cristiana estaba perseguida por este motivo su difusión fue lenta.

Las obras públicas

Con la llegada de los romanos comienza a crearse una importante obra civil, como los acueductos para llevar el agua a las ciudades, o las calzadas y puentes que facilitan la comunicación militar y comercial entre los distintos lugares de Hispania.

Además de estas obras, Roma dejó importantes obras artísticas de utilidad pública como arcos, templos, teatros y anfiteatros.

La ciudad fue el principal instrumento para romanizar los territorios conquistados.

Para ello se utilizaron dos vías:

Primero la creación de nuevas ciudades que seguían el modelo de Roma .Fueron pobladas preferentemente por  ciudadanos procedentes de Roma o de Italia y, a veces, con soldados veteranos licenciados. Las principales ciudades de fundadas Valentia (Valencia),  Tarraco (Tarragona),Hispalis (Sevilla), Itálica, Barcino (Barcelona), Caesaraugusta (Zaragoza), y Emerita (Mérida) . Y segundo la transformación de poblaciones ya existentes en ciudades romanas, que pasaban a ser ciudades federadas o libres de impuestos y de ocupación militar. Por lo general habían colaborado con los romanos durante la ocupación y por ello recibían un trato privilegiado. Entre ellas se encontraban Malaca (Málaga), Gades (Cádiz), Saguntum (Sagunto) y Cartago Nova (Cartagena).

Se creó una red de viaria para comunicar las ciudades. Estas calzadas facilitaban el desplazamiento de las legiones y mejoraron las relaciones económicas.

La principal vía fue la Vía Augusta que empezaba en Gades pasaba por Corduba, Valentía y Tarraco hasta llegar a Roma.

En el año 73 d.C.,  el emperador Vespasiano extendió el derecho latino a todas las ciudades romanas en Hispania. Se trataba de un estatus jurídico que hacía que los ciudadanos de estas ciudades tuvieran casi los mismos derechos que los ciudadanos romanos. De ahí que Hispania aportara grandes figuras a la historia de Roma, desde emperadores, como Trajano, Adriano y Teodosio,  hasta escritores, como Séneca, Lucano, Quintiliano y Marcial, pasando por el agrónomo Columela o el geógrafo Mela.

Años más tarde, en el  212 d.C., Caracalla convirtió a todos los habitantes de Hispania en ciudadanos romanos.

Decadencia del imperio romano

Durante el siglo III se origina una crisis en el Imperio romano. Las causas son la lucha por el dominio imperial, la anarquía militar, la decadencia del estado y la recesión comercial. Esto hizo que el  imperio se fuera  debilitando progresivamente. Este periodo de inestabilidad afectó a Hispania, lo que hizo cada vez más difícil defenderse de las invasiones de los pueblos germánicos como los  vándalos, alanos, y suevos.

Esta coalición de pueblos entró en la Península Ibérica en el año 409. Se dedicaron a saquear todo el territorio provocando el caos.  Para intentar defenderse los romanos requirieron la ayuda de otro pueblo germánico, los visigodos, por entonces asentado en el sur de la Galia. Estos consiguieron derrotar a los alanos y los vándalos, pero los suevos lograron asentarse en el noroeste peninsular.

El imperio romano cae en el año 476, aunque la población de Hispania mantuvo su identidad durante un tiempo.

Los visigodos fueron derrotados por los francos y tuvieron que abandonar el sur de la Galia, desplazándose hasta la Península Ibérica, estableciendo en el año 507 su reino en Toledo.

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